+ Las campañas no deben derivar en ajustes de cuentas personales, señala
+ Afirma que las instituciones son incapaces de dar lo que la sociedad demanda
+ Reprueba que en lugar de cuidar la seguridad se distraigan en asuntos políticos
+ Descalifica la “guerra total” que sólo propicia rencor entre los ciudadanos
Boca del Río, Ver., 28 de junio.- Al tiempo que expresó su pesar y tristeza así como sus condolencias al pueblo y al gobierno de Tamaulipas por el homicidio del candidato del PRI al gobierno de ese estado, Rodolfo Torre Cantú, el gobernador Fidel Herrera Beltrán señaló que lo que está ocurriendo revela que las instituciones no están siendo capaces de dar lo que la sociedad demanda.
Luego de manifestar que lo ocurrido es a todas luces condenable, dijo que resulta aún más grave cuando la sociedad percibe que las estructuras del poder público relacionadas con la seguridad se distraen de sus tareas fundamentales de preservar el orden y la paz social para involucrarse en asuntos de otra naturaleza que deben ser realizados exclusivamente por los partidos y los ciudadanos.
Al condenar el homicidio, el Ejecutivo del estado destacó que el occiso era un gran aliado de Veracruz en el combate al dengue y otros males, en el marco del Acuerdo de las Huastecas.
Ante representantes de los más diversos medios de información, expresó al pueblo de Veracruz la garantía de que la seguridad de sus personas, de sus bienes y de sus familias está y estará cabalmente resguardada por las instituciones.
“Nuestra alianza firme y decidida con el Ejército y la Armada, garantes de la soberanía y la seguridad de la nación, hará posible que con las armas de la razón y del derecho y con la fuerza de nuestras instituciones logremos que los millones que anhelamos el bien podamos vencer a quienes desean el mal”, agregó al respecto.
Apuntó que en Veracruz se trabaja en el marco de las leyes, por encima de las maniobras tramposas, llenas de mentira y odio, donde hay un gobierno que sirve a la sociedad dándole resultados.
Señaló que se debe tener claro que la paz social y la tranquilidad pública son la premisa esencial para el progreso y el desarrollo social, que si se lastima y atenta contra estos principios, todos perdemos.
Apuntó que el afán de hacer daño con el único fin de revancha, sustentado en la falacia de la “guerra total”, sólo propicia el rencor entre los ciudadanos y los grupos sociales y ha sido, al través de la historia, el origen de cruentos enfrentamientos con resultados desastrosos para la sociedad en su conjunto.
Señaló que las sucias maniobras que han instrumentado tanto en Tamaulipas como en Veracruz y en otros estados, “tienen el propósito de destruir y de someter a toda costa, porque sólo así, de esta oprobiosa manera, han podido vencer al doctor Rodolfo Torre Cantú y a la Coalición Todos Tamaulipas”.
Argumentó que la Política debe estar al servicio de la sociedad y servir como puente y como vínculo para edificar el progreso de los ciudadanos y el desarrollo social; que debe ser, como se ha dicho, el triunfo de la razón humana sobre la barbarie de la guerra. “Por ello, el fracaso de la política sería el fracaso de la propia idea de civilización”.
Aceptó que es comprensible la pasión y la agitación en un proceso electoral como el que se vive, pero destacó que se debe tener siempre presente que en la democracia ni se gana ni se pierde todo para siempre, que un proceso electoral es sólo un momento en el largo devenir de la historia, y que no debe cegar el impulso de ganar a toda costa, porque eso sería el peor modo de atentar contra la sociedad a la que se debe servir con lealtad y con responsabilidad.
Hizo un exhorto, como Gobernador y como ciudadano, para que todos los participantes del proceso electoral mantengan la serenidad y la altura de miras y expresó que el próximo 4 de julio nadie debe sentirse derrotado y todos debemos resultar ganadores. “Veracruz es nuestro principal deber y debe ser nuestro más noble fin. Ningún interés personal o de grupo puede situarse por encima de esto”.
Concluyó manifestando que las campañas políticas no deben derivar en ajustes de cuentas personales, dolores antiguos, rivalidades individuales, porque el afán de hacer daño sin un proyecto a fin de destruir al contrario, es además mezquino y la peor muestra de impotencia y perversidad con que se lastima a la comunidad.
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