* El director del Ballet Folclórico de Salvador de Bahía cuenta en entrevista las vivencias y su gusto por disfrutar de Veracruz, su gente y el Carnaval
Veracruz, Ver., 21 de febrero de 2012.- Con el orgullo de representar a su ciudad natal, Salvador de Bahía, Brasil, y contentos de ser parte de la fiesta y tradición de Veracruz en el Carnaval 2012, el Ballet Folklórico y el grupo Olodum siguen recorriendo las calles del puerto jarocho y consolidando lazos de hermandad con los veracruzanos que los han recibido con los brazos abiertos.
Por primera vez en la historia del Carnaval de Veracruz, el Gobierno del Estado estableció vínculos importantes con la finalidad de impulsar y promover la cultura veracruzana y crear lazos de hermanamiento con Salvador de Bahía, una ciudad que comparte tradición, raíces y semejanzas culturales entre su gente.
José Carlos Santos, Zebrinha, director del Ballet Folklórico de Salvador de Bahía, cuenta durante una larga y amena entrevista la grata experiencia que su grupo y Olodum han vivido en Veracruz, tierra que además de recordarles a Bahía los trata como veracruzanos y contagia del calor y alegría que caracteriza a los jarochos.
“Estoy contento porque Veracruz me ha parecido un pueblo muy unido, alegre”, comentó el brasileño tras narrar que los 10 integrantes del Ballet Folklórico han aprendido mucho del estado y de su gente durante su participación en los paseos del Carnaval.
Este jovial y amable bahiano se declara encantado con Veracruz al grado de desear regresar pronto por sentirse como en casa, “Debo decir una cosa que no es mentira, no es broma ni nada, estoy acá y me podría quedar toda la vida, no me hace falta la casa, Bahía, no me hace falta y la gente que está conmigo tiene la misma idea; venimos al Carnaval y estamos muy contentos, andamos por las calles y no hemos extrañado”.
La comida de Veracruz, dice Zebrinha, es fascinante, “yo he comido grillos y me han gustado mucho, son muy buenos”, dice incluso que este platillo, gastronomía mexicana prehispánica, debería ser incluida entre los alimentos básicos en todo el mundo.
Probé además pescados, mariscos, ¡el picante!, dice contento, he comido de todo, he probado el sabor del picante, del más simple al más fuerte; saboreando y recordando los platillos que el grupo ha degustado como los langostinos a la diabla, asegura que no hay un integrante de la delegación brasileña que no le haya dado gusto al paladar con la exquisita cocina veracruzana.
Cuenta José Carlos Santos: “También me encanta que la gente vive la tradición todo el tiempo, no tienes que ir a un museo para saber sobre su pasado y cultura. Acabo de estar en Tlacotalpan y Coatzacoalcos, y me parece que la gente vive su propia cultura, no es para mostrar a los turistas, la gente la vive”.
Este reconocido director artístico, que a sus 57 años vive y disfruta de su trabajo y el ambiente de Carnaval, narra que entre los proyectos y propuestas de ambas naciones a futuro, se pondrán en marcha talleres, sin descartar conformar grupos de intercambio “esto es el principio, queremos establecer áreas de intercambio, llevar grupos a Bahía, traer grupos de Bahía para acá y aprender todos juntos, quizá construir algo muy grande juntos”.
Los veracruzanos que han tenido convivencia con los hermanos brasileños han externado que en ellos han encontrado amabilidad, un ambiente de confianza y personas sencillas dispuestas a aprender y mostrar aquellas historias y anécdotas que tienen para compartir con quienes se acercan a ellos; el idioma no ha sido impedimento para entablar amenas y largas conversaciones que denotan ese punto en el que se ensamblan las culturas y las coincidencias entre pueblos.
Finalmente, Zebrinha aseguró que los veracruzanos “hace mucho, mucho tiempo que son así y se podrían quedar así por siempre, la gente que trabaja en donde nos hospedamos es como una familia, son muy cordiales con nosotros, es indiscutible y es verdad, he viajado mucho y no he estado nunca en un sitio como Veracruz”.
“Conozco todo el mundo, empecé a viajar desde los 17 años. El año pasado estuve en casa sólo 3 meses; como Veracruz no hay, sólo hay dos lugares en los que me siento como en casa, en África porque crecí ahí me reencuentro con mi raíz y acá; como digo siempre una cultura está hecha para la comunidad y a través de la comida siempre conozco a un pueblo y creo que un africano sería feliz acá por las raíces africanas que tiene su gastronomía”, concluyó.
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