martes, 13 de septiembre de 2011

Adelante teje esperanza para artesanas de Acatlán


* Desde hace 62 años, las mujeres artesanas son ejemplo para las nuevas generaciones

* El Gobierno del Estado promoverá la industria textil del municipio

Acatlán, Ver., 13 de septiembre de 2011.- Con la misma energía que tenía hace 62 años, doña Ninfa Mendoza, a sus 85, sigue elaborando bufandas, mañanitas y rebosos. Originaria de este municipio, con el programa Adelantepodrá reactivar el taller de tejido en telar que ella misma fundó desde hace 13 años.

Estas mujeres emprendedoras celebran que son beneficiadas por parte del Gobierno del Estado con programas de desarrollo para sacar adelante la industria textil en esta fría región montañosa donde todas las tardes, rodeada de hermosos paisajes naturales, doña Ninfa se reúne con sus amigas artesanas para continuar con la tradición del tejido.

El grupo de pioneras artesanas está formado por Francisca Rivera, de 73, Felícitas Domínguez, de 81, y doña Francisca Montero, de 71 años, quienes al lado de su maestra y compañera doña Ninfa disfrutan en medio de miles de historias hilvanadas en cada puntada.

“Nosotras tuvimos que volver a tejer porque las muchachas de ahora ya no quieren tejer, ya no quieren aprender” reclamó doña Ninfa.

Emocionada, doña Francisca cuenta que “nadie tocaba la lana, ya se veía totalmente muerto esto, pero entonces pensamos y dijimos: ‘Hay que seguir tejiendo, porque si no la lana se va a echar a perder; mínimo para mantenernos ocupadas’”. Desde la mística de la corresponsabilidad del programa Adelante, el Gobierno del Estado realiza las gestiones necesarias para que a través del DIF se dote de lo necesario a estas emprendedoras mujeres, lo cual representa un gran impulso a la industria textil en este municipio.

Las artesanas aseguran que sus productos son de buena calidad y están confeccionados con lana natural. “Vendemos en las ferias de la región o en muestras de artesanías a las que nos invitan” dice doña Francisca sin interrumpir su trabajo.

Doña Felícitas, otra de las incansables maestras del tejido, aprendió el oficio desde los 17 años. Dice que por su edad ya sólo hace un reboso al mes. “Cuando era nueva me hacía hasta cuatro rebosos al mes” y proseguía en el relato, contenta por saberse apoyada y motivada por la remodelación del taller al que tanto esfuerzo le han dedicado.

Lamentablemente, por la falta de promoción, esta industria dejó de ser redituable por lo que muchas mujeres poco a poco abandonaron el oficio. Hoy, la situación ha cambiado, porque se dará un nuevo impulso para que el taller vuelva a tener el auge de antaño.

Estas mujeres no han dejado de trabajar ni un solo día desde hace 13 años, cuando se formó el taller, y siguen confeccionando rebosos, bufandas, mañanitas y chales.

Su ánimo también es constante. Saben que con la calidad de su trabajo y el apoyo recibido de las autoridades se abren posibilidades de crecimiento y desarrollo para ellas y para los artesanos de Acatlán.

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