lunes, 8 de agosto de 2011

El deporte es su alimento diario, a los 86 años

* “Para el logro del triunfo siempre ha sido indispensable pasar por la senda de los sacrificios”: el velocista Santiago Sánchez

Xalapa, Ver., 08 de agosto de 2011.-Aunque Simón Bolívar se refería así a las guerras que enfrentó con los españoles por la independencia de los países de América Latina a donde extendió su lucha, para el atleta xalapeño Santiago Sánchez Mata, de 86 años de edad, esa frase del libertador venezolano bien puede aplicarse al deporte que ha practicado por cerca de tres décadas de manera ininterrumpida.

Ires y venires, entre los 100 metros planos, 200 metros y 400 metros con relevos en las pistas de la ciudad que lo vio nacer, de otras ciudades de Veracruz, México y Estados Unidos, pero también ires y venires “fastidiosos” de oficina a oficina “solicitando un apoyo que entre promesas y promesas, nada, nunca llega nada”. Sin embargo, ha ganado “casi por mi propia cuenta y con la ayuda de mis hijos”, más de 80 medallas, la mayoría de oro, las más en 100 metros planos, con un récord mundial de 13 segundos y 18 décimas.

Aun con esas penurias de querer ser alguien en el deporte nacional, Santiago Sánchez recién se convirtió en el único mexicano del ranking internacional de la lista de atletas veteranos más veloces de todo el mundo. Sin embargo, en esos ires y venires, Santiago no se amilana porque sabe que su trayectoria ha sido una historia de triunfos y fracasos, de alegrías y tristezas, ante todo un homenaje a la vida. “Sigo enamorado de lo que hago y corro todos los días, hasta los domingos”.

Santiago ha recorrido miles de kilómetros en casi 30 años de correr y correr. “Ni tantos” dice. Su prueba favorita son los 100 metros planos, donde ha labrado sus triunfos –regionales, nacionales e internacionales— a pulso y así lo demuestra su historial deportivo.

Recién llegado de Sacramento, California, donde representó a Veracruz y a México en el XIX Campeonato Mundial de Atletismo Master (2011 WMA Championships), donde se dieron cita atletas de noventa países para competir en diversos disciplinas del atletismo y en varias categorías. Santiago compitió en 100 y 200 metros y en relevos de 4×100, competencias en las que obtuvo el tercer lugar, el segundo y el primero, respectivamente.

El atleta, que apenas rebasa el metro y medio de estatura y no llega a los 50 kilos de peso, muestra orgulloso las medallas que acreditan su posición en elranking mundial y afirma: “La velocidad es lo mío”.

Y eso que nunca ha tenido entrenador. “Yo he sido mi propio entrenador, yo solito”. Aunque comenta que se debe cuidar y atender de una hernia, porque le gustaría ir a Finlandia el año próximo, a donde fue convocado luego de su triunfo en Sacramento. “Sí me interesa ir a Finlandia. Si Dios me presta vida, posiblemente sí vaya. Por eso me quiero operar esto de la hernia. Si recién me acababa de operar, apenas tenía un mes y así fui a participar”.

Aunque empezó ya entrado en edad, cuando ayudó a conseguir el espacio de la Quinta de las Rosas para los ancianos de bajos recursos, su afición por el atletismo le viene desde que era niño, cuando trabajaba cortando y cargando café en una finca de Coatepec, Veracruz. A los doce años cortaba setenta kilos al día, los que tenía que acarrear de un lugar a otro con el costal al hombro.

Cuando no era tiempo de corte de café, Santiago jugaba basquetbol o beisbol con sus hermanos en el parque Colón. “Éramos cuatro hermanos y nos pusieron ‘los vagos del Colón’ porque ahí nos la vivíamos, pero haciendo deporte” recuerda. Jugó con tres equipos y estuvo en varias ligas de beisbol de Veracruz, pero con ninguno terminó porque, confiesa, tenía el carácter muy fuerte. Además, practicó natación y frontón, pero de 1984 a la fecha se ha entregado en cuerpo y alma al atletismo.

Santiago se casó a los 25 años con Guadalupe Carrillo, quien a sus 84 años se mantiene activa: baila y hace aerobics. Trabajó como albañil y panadero para sostener a sus cuatro hijos, dos hombres y dos mujeres, pero eso no fue un pretexto para abandonar el deporte.

Para mí, señala el hijo mayor del velocista, Lucio Sánchez, bajista y fundador del grupo de jazz de la UV, Orbis Tetrius, es muy importante ver el ejemplo de vida que nos está dando mi papá, pues no importa la edad que tengas; si tienes las ganas, la energía y la disposición, puedes hacer lo que quieras, como él con el deporte. Definitivamente, el movimiento te mantiene vivo, sano del cuerpo y de la mente.

Algo más que caracteriza a Santiago es la alegría.”Yo no me quejo. Siempre quiero estar contento”. Y su alegría es contagiosa.

Aunque ha corrido carreras de diez kilómetros, Santiago dice estar seguro de que lo suyo es la velocidad, sobre todo los 100 metros: “Como es una carrera corta, me concentro en la salida y al final, en cerrar fuerte. Cuando voy a participar nada más me paro, camino tantito y ya, porque la velocidad viene con la persona. Creo que siempre fui rápido, por lo mismo del trabajo pesado” asegura.

Santiago no piensa abandonar las pistas. “Yo me voy a morir en la raya. El deporte es una especie de alimento que se necesita todos los días” concluye enfático el velocista.

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